Agradecimiento de parte de la Junta Directiva de la Hermandad

Cuando los ecos del Martes Santo pasado se apagan y los sentimientos se adormecen convirtiéndose en maravillosos recuerdos, solo nos queda expresar nuestro más sincero agradecimiento al pueblo de Montoro en general, por el acompañamiento masivo a nuestra Hermandad en nuestra estación de penitencia. Nos sentimos orgullosos por el apoyo incondicional que recibimos de todo un pueblo, pese a la juventud de nuestra Hermandad, y no solo durante el Martes Santo, sino durante el año entero en todos los acontecimientos en los que la Hermandad participa u organiza.


    
    Queremos agradecer también a todos los colectivos de la Hermandad que hacen posible cada Martes Santo, al Cuerpo de Nazarenos, por su orden y sacrificio, a nuestros costaleros, por su esfuerzo y dedicación durante los ensayos y el propio Martes Santo, a nuestros fiscales y colaboradores, a nuestras capitas, que derraman la ilusión de su niñez por nuestras calles tras nuestros titulares, a nuestro consiliario D. Antonio Tejero Díaz por su disposición y apoyo durante toda la cuaresma y a las bandas que acompañan musicalmente a nuestro Cristo y a su Madre, la A. M. Jesús Caído y la A. M. C. Juan Mohedo, su inestimable colaboración hace que nuestros pasos luzcan como merecen y engrandecen aún más nuestra Estación de Penitencia.

    Mención especial este año, merece el Imperio Romano de nuestro pueblo, tras dos Martes Santos en los que por culpa de la lluvia no se pudo culminar el regalo que como Hermanos Mayores de Honor del año 2012 nos iban a realizar, este año, por fin, se ha llevado a cabo con gran lucimiento, nuestra Madre y Sra. de Consolación y Esperanza pasó por la Plaza de Jesús acompañada por los sones conjuntos de la A.M.C. Juan Mohedo y la banda de cornetas y tambores del Imperio Romano, con las marchas "Heroína", "Guerra",  "45 en línea" y nuestro anhelado "García Cano", cumpliendo los sueños cofrades de muchos hermanos de ver a Nuestra Madre con los sones de tan montoreña marcha.


    Solo nos queda pedir disculpas por los posibles fallos que hayamos cometido durante la organización y el discurrir de nuestra Estación de Penitencia y pedir a nuestros Santos Titulares que tengan a bien escuchar todas las plegarias y promesas que durante el Martes Santo se llevaran a cabo.

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